El calor procedente de un chimenea es eficiente, ecológico, y más económico que otras fuentes de calor. Tampoco me imagino una escena romántica de una película al lado de un radiador de gasoil o de gas natural.
Las estufas y chimeneas de leña tienen multitud de ventajas, pero la forma en la que vivimos, en la que nuestras casas están diseñadas, y el hecho de que una estufa o chimenea tiene cierto riesgo, hace que debamos tener en consideración cosas que nuestros abuelos no tuvieron que tener en cuenta. Las chimeneas estaban en la cocina y sus enseres se limitaban a una cómoda, un arcón y una cama.
Actualmente se colocan y se montan muchas chimeneas y estufas para pisos que suelen ser compactas o vienen en un cassette para introducir en el hueco de la chimenea. Incorporan una puerta, normalmente de cristal vitrocerámico que es resistente a las altas temperaturas.
Con ese cristal vamos a evitar dos riesgos que tiene la chimeneas que son la posibilidad que una brasa o un tronco se ruede fuera o bien que salte una chispa, y que accidentalmente caiga cualquier objeto de dentro de la chimenea.
El deficiente secado de la leña a veces hace que salten chispas, igualmente unas maderas hacen más chispas que otras debido a la acumulación de gases en el interior. La leña de olivo hace menos chispas que la de encina.
La posibilidad de accidente va a disminuir o casi desaparecerá si tenemos en cuenta algunos consejos más como no apilar la leña demasiado cerca, o colocar una alfombra delante de la chimenea.
Con los más peques de la casa no nos podemos nunca descuidar, tampoco con el cristal, pero evitará seguro males mayores.
El cristal para la chimenea no va a impedir el paso del calor, lo irradiará de manera uniforme. Evitará que el humo revocado por una corriente de aire entre en la casa evitando que la ropa se impregne de olor a humo.